En toda polémica sobre la bondad o no de la pena de muerte, los argumentos a favor y en contra de su aplicación se centran fundamentalmente en el reo, a quien se pretende privar de la vida, en la victima, que aspira a una justicia retributiva del delito cometido, y en la sociedad, que justifica dicha privación como medida de autodefensa contra el crimen.

Por eso yo propongo, como dijo Miguel de Unamuno, este nuevo argumento en contra de la pena de muerte: “hay que acabar con la pena de muerte para rescatar, no al reo, sino al verdugo”.
Miguel G.
Miguel G.
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